miércoles, 17 de marzo de 2010

Agradecimiento

Cada vez me cuesta más trabajo ir a la agencia a dar clases, pero esto es de esas cosas que se hacen sin pensar, almuerzo, son las 15.30, bajo al garage, cojo el coche, pongo música, enciendo un cigarro y para el Centro.
Siempre que llego me digo lo mismo, ¿Cómo puedo pensar en faltar cuando ninguno de mis 14 alumnos lo hace?
Las caritas sonrientes es la mayor recompensa. No debo pensar en faltar, imposible.Trabajar para la ONCE es lo mejor que me ha pasado, adoro mi trabajo.

1 comentario:

jorge dijo...

Los alumnos que "devuelven" (muchas veces con creces) el entusiasmo que tu pones es lo mejor de la profesion de la enseñanza.