lunes, 14 de septiembre de 2009

Retales de una vida


Entre Sevilla y Triana (Puente de Isabel II)


No buscarme en las estrellas,

Cuando yo me haya ido,
que no necesitaré,

ni lágrimas ni suspiros.

dadme el cariño ahora

y mirad mi corazón,

que lo tengo compungido.

¿poco valió luchar?

¡si yo lo hubiese sabido!

tuve juventud y belleza,

hombres que me han querido,

se quemaron mis pestañas sólo mirando los hilos,

pero pensaba en mis hijas

que eran los tesoros míos,

hoy siento la soledad

y tambien siento el vacío,

en esto nunca pensé,

¿si yo lo hubiese sabido?

(Dolores, 85 años)

Triana es mucho Triana



Hoy fui a dar una atención a un usuario, de las que te resistes a ir porque lo que puedes hacer en una hora se convierte en tres.

Mi usuaria tenía 85 años, ya casi ciega pero con muchísimas ansias de aprender informática, por eso mismo se compró un ordenador con el que continúa escribiendo sus poemas ayudada con un Jaws (sintetizador de voz).

Cuando por fin se lo arreglé, pude leer estos versos en un archivo doc que encontré en Mis documentos.

Actualmente vive sola, trianera por los cuatro costados, viuda y luchadora donde las hayas.

Me conoce desde niña y a toda mi familia ya que también somos trianeras y mi abuela fue su vecina.

Para poder subsistir tuvo un taller de costura en el que como aquí describe dejó las pestañas.

Aprendió a leer y escribir en el colegio de mis tías abuelas.

Este poema se lo pedí porque recoge en pocos versos su vida...

Cuando terminé mi servicio me dijo:


"Estás guapísima niña, busca un hombre ahora que puedes, los hijos se van, no termines tus últimos días como yo, hoy siento la soledad y el vacío...si yo lo hubiera sabido. Comparte..."


Había tirado la toalla pero hoy sé que tengo que volver, y retomar las clases para que esta gran mujer pueda continuar creando poesías y poder cumplir su sueño de aprender informática.


Como buena trianera, aprendimos "Que el que no es agradesío no es bien nasío" insistía en que le cobrara como no acepté me quiso regalar un melón, jajaja por supuesto tampoco lo acepté, le dí un beso en la cara observando su mirada ida por su avanzada pérdida de visión pero dibujada con una gran sonrisa.



Celtas Cortos, "Retales de una vida"





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